25 junio 2007

ALUCINA, VECINA!!




A los 2 añitos me fui a vivir a mi pueblo. Hasta entonces lo había hecho en Móstoles. Sí, es esa localidad al sur de Madrid que tiene una plaza de toros horrorosa, donde por cierto, se piñó un helicóptero en el que volaban Rajoy y Esperanza Aguirre…. y milagrosamente no les sucedió nada grave!!! Grrrrrrrrr. Si es que bicho malo nunca muere…

Bueno, a lo que iba. De aquella etapa no puedo hablar pues era demasiado pequeño, pero sí recuerdo como a medida que iba pasando el tiempo, viajábamos un par de veces al año para reunirnos con nuestros antiguos vecinos: A y A.
Ellos también tienen dos hijos. El mayor de la edad de mi hermana, y la pequeña de la mía. Qué tardes pasábamos jugando, tendidos en la moqueta verde de aquella casa!!

Ya han pasado 23 años desde que mis padres decidieron probar suerte y comenzar una vida nueva, pero todavía mantienen una bonita y estrecha amistad con los que no sólo fueron sus vecinos, sino también grandes amigos. Durante todo este tiempo mis padres no han dejado de recibir kilométricas llamadas de teléfono y, como ha ocurrido este fin de semana, fugaces visitas para ponerse mejor al día.

Aprovechando la celebración del cumpleaños de mi padre, hoy nos hemos juntado a comer en mi casa 9 personas, lo cual ya es toda una fiesta. Mis vecinos, Pepe (no sé muy bien que pinta en la historia. Una breve explicación: es amigo de la familia y de Jerez de la Frontera), mi abuelo, mis padres, mi hermana, mi cuñado y yo.

Este tipo de encuentros tienen su punto cómico. Mientras estábamos mi hermana, mi cuñado y yo tomando el vermut en el bar de debajo de casa, hemos recreado las anteriores visitas con sus típicos comentarios de: “Cómo estás de cambiado/a”, “Si te viera ahora por Madrid no te reconocería”, “Estás más gordo/a – flaco/a”, “pues mi hija trabaja en…. A ver si te pasas a verle”, etc etc

Otro ritual de este tipo de reuniones es el regalo que le hace Pepe a mi madre: Uno o varios discos de sevillanas, y alguna estampita-figurita-llavero de la Virgen del Rocío (esa señora aparece por todos los rincones de mi casa!!). Lógicamente no hemos podido pasar por alto este detalle durante el vermut y nos hemos puesto a inventar posibles títulos de los cedeses en cuestión: “Ecos del Rocío II”, “El tracatrá de mi carreta”, “Camina, almonteño, camina”…

Como no era de extrañar… así ha acontecido todo, mientras intercambiábamos miradas cómplices entre mi hermana y yo aguantando la risa.

La verdad es que he disfrutado mucho escuchando a mis padres y antiguos vecinos contar batallitas del pasado, sin parar de hablar y hablar. Con decir que mi abuelo (con lo que raja el tío), sólo ha abierto la boca para llevarse el tenedor…. Al pobre no le han dejado meter baza.


¿Existen hoy en día ese tipo de relaciones con los vecinos?
Han pasado 8 años desde que me vine a Madrid a vivir… y la verdad que mi relación vecinal es la mar de rancia.

3 comentarios:

Amaury Grapes dijo...

Ainssss, si yo te contara la relación que tengo con mis vecinoooossss!!!!

Ardoa* dijo...

me lo dices o me lo cuentas?

Sísifo de Éfira dijo...

¿Es que falla la comunicación en casa, que tenéis que hablar a través del blog?
Qué gente más aburrida, por dios...